Ayer tuve una agradable comida con un amigo al que convenientemente
lloré acerca de las dificultades de la vida en general, y de mi trabajo en
particular.
Me escuchó atentamente, o por lo menos ponía cara de eso, me
dejó terminar y me espetó: ¡Tú lo que eres, es un adelantado a tu tiempo y no hay
más!
Yo tengo esa dañina costumbre que casi nadie comparte, de
valorar todo lo que se me dice, pensarlo, darle vueltas, como si fuera lo más
importante del mundo, y concluí que era verdad, así sin falsa modestia, que lo
soy y siempre lo he sido.
Comencé a trabajar en Protección del Medio Ambiente en el
año 1988 cuando era una absoluta entelequia, un tema de Greenpeace que por
supuesto no estaba operando en España, y de unos pocos hippies medio fumados. Lo
abandoné en 2005 cuando se había convertido en un “issue” o casi un commodity
en las empresas, en la política y en la sociedad en general, cuando todo el
mundo hablaba y opinaba, cuando hasta los tertulianos radiofónicos que saben de
todo, se permitían opinar del cambio climático, un asunto verdaderamente
complejo.
Comencé a trabajar en RSE en el año 1999 cuando el término
no se entendía ni se utilizaba, como una derivada del Desarrollo Sostenible que
se puso de moda en la Cumbre de la Tierra , (Río de Janeiro) en 1992.
Mi primer artículo de RSE data de entonces, y no es que lo haya
abandonado, pero he dejado de ir a foros y reuniones de RSE porque aquí ya
opina todo el mundo y para oír siempre lo mismo…
Comencé a trabajar en conciliación, y su gestión, en el año
2004 cuando hablábamos tres ( y digo tres porque los conté) y no sé cuándo,
pero abandonaré la conciliación cuando de ésta hable todo el mundo ¡y ojo! que se
acerca, pues los partidos políticos empiezan a incorporarlo en sus discursos
para “maltratarlo” en muchos casos.
Me decía mi amigo… te sientes cansado, solo, con ansiedad,
con dudas,… porque vas abriendo camino. Vas desbrozando la “jungla”, luego
vendrán otros y encontrarán el camino asfaltado, con áreas de servicio y luces,
pero tú te has desgastado previamente…
Y digo yo ¡Qué razón!
Pero no me he desgastado una vez, sino 3!!! Y estoy viejo y
cansado de pelear con el mundo con la estulticia de muchas personas y de muchos
políticos que en lugar de aprender, dan lecciones no se sabe bien de qué,…
¿Por qué he elegido esta forma de trabajar?
¿Es también una forma de realización personal?
¿Es mi forma de contribuir a un mundo mejor?
Sinceramente no lo sé, en los 3 casos fue de manera poco reflexiva
y siguiendo un feeling!!
¿Me habré equivocado? ¿Qué opináis?
Conciliator 2.0 has been here!!
Que la fuerza os acompañe!!
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